De pequeña, el tema de los regalos me producía mucha frustración. Recuerdo el sentir que no me entendían, querer un estuche de una manera y me regalaban otro súper feo u otra cosa. Dentro de mí se creaban sensaciones de ‘no me entienden’, ‘no me conocen’, ‘no saben lo que quiero’ y con ello se alimentaba una herida interior de rechazo.

Recuerdo todavía hoy los regalos que sí acertaron y tocaron mi alma… El cochecito rosa que me trajo el Papa Noel, el súper estuche que me regaló mi madre una vez por mi aniversario y algunos más… Lo que tienen en común esos regalos que me llenaron el alma, no fue tanto el regalo en sí, que también, sino el hecho de sentirme entendida, sentir que sabían qué era lo que justo yo quería…

Y luego, vas madurando y creciendo interiormente, y vas observando que los regalos, los presentes, no son sólo materiales, principalmente, los regalos más bonitos, son aquellos intangibles. ¡Y que también existe la posibilidad de regalarte a ti misma, los autoregalos! De todas las formas posibles, una forma de autocuidado.

Hubo un punto de inflexión en mi vida, que fue un inicio de no retorno, el momento en el cual, sin saberlo, inicié mi búsqueda interior. Supongo que una parte de mi sí lo sabía, pero te digo que la parte consciente, en ese momento, para nada lo tenía en cuenta. En ese punto se sitúa la participación en mi primer retiro espiritual. Después ese retiro de 7 días, volví otra… y así comenzó mi camino interior. Allí fue mi primer contacto con la meditación y el gran regalo de dedicarme esos días a la mirada interior. Fue un antes y un después en muchas cosas… allí empecé a contactar con el presente, el mayor de los regalos, mi presente, ¡¡mi VIDA!!

Y desde entonces, sigo cultivando mi presente, y descubriendo y redescubriendo que el mayor regalo que tenemos es la vida en sí… y todo aquello que nos rodea.

Evidentemente que me gusta hacer regalos y recibirlos, pero lo que sí que te digo es que me permito hacerlos desde donde yo realmente lo siento y cuando lo siento. Nunca me ha gustado ‘tener que’ regalar por regalar. Y me permito regalar lo que siento y cuando lo siento. Y también estoy abierta a recibir regalos y aceptarlos tal como son, siendo consciente de que tanto si es material como intangible, es una manera de expresar alguna forma de amor, agradecimiento, alegría, reconocimiento….

E insisto que, cuando hablo de regalar, también incluyo regalar momentos presentes con personas, regalar silencios, regalar tu atención, regalar tu escucha, regalar un abrazo, …. y también recibir o recibirte todo esto como un regalo!

¡¡Os deseo unas Felices Fiestas Navideñas y felices presentes tanto para lo que queda de año, como para el que viene, el 2023!!!

¡Un abrazo de corazón!

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