Mi primer contacto con la meditación
En esta primera entrada de mi blog me apetece introducirte mi experiencia con la meditación empezando por mi primer contacto con ella.
Justo ahora hace 8 años que inicié un camino que me cambió el modo en que veo, entiendo y vivo la vida. En ese entonces, evidentemente, no sabía que me sucedería eso, aunque sí que sin entender dónde me estaba adentrando, algo en mi interior me estaba indicando que era el camino adecuado en ese momento o, mejor dicho, que no tenía otra elección si quería salir del estado en el que me sentía.
Sí, estaba en un estado interior que no me agradaba y me hacía sufrir en muchos aspectos, aunque desde fuera podía parecer que tenía todo para sentirme bien y ‘ser feliz’. Una buena carrera profesional y un trabajo bien remunerado con una buena posición y perspectivas de mejorar, mi casa en el centro de la ciudad, mi coche, mi familia, mi independencia, mi… Pero no, no tenía esa conexión conmigo, no me sentía a mi misma o, por decirlo mejor, no me había parado a escucharme y conocerme!
Y el cambio empezó con mi práctica de meditación diaria. Inicié una formación de larga duración en la Fundación MyLifeDesign, y ya desde el primer encuentro presencial, el cual consistía en un retiro de una semana en medio de la Isla de Cerdeña, ya incorporé la meditación como mi hábito regular que no he dejado desde entonces. Ese primer contacto fue todo un proceso interno, ya no solo con la meditación en sí, que también, sino con lo que representaba para mi, mi mente analítica y controladora, con el hecho de apuntarme en un ‘retiro’ al que no había asistido nunca, en el que nos pasábamos siete días enteros meditando, con gente que no conocía y un guía -Daniel Lumera- que había conocido en un curso de fin de semana en Barcelona dos meses antes.
Estaba empezando a romper mis esquemas, dentro de mi tenía contradicciones internas que me decían, ¿no te estarás metiendo en una secta en la que te quieren captar…? ¿No será algo esotérico que no vas a poder controlar? ¿No te pondrán algo en la comida o en el vaporizador de los aromas? Y otros pensamientos que no alcanzo a recordar a día de hoy y que me pasaron por la cabeza los primeros tres días de ese mi primer retiro y contacto con la meditación.
Para mi sorpresa y gozo profundo, el balance general de los siete días de este primer retiro fueron maravillosos. Me encantó realizar las diferentes meditaciones y practicas diarias en grupo, me encantó conocer al grupo de gente que iniciamos ya una relación muy especial y que nunca antes había sentido con gente desconocida, y me encantó mi manera ‘bestia’ de introducirme a la meditación con un retiro de siete días meditando. Y lo mejor, y que no te puedo contar, las experiencias interiores vividas con los diferentes procesos durante esa semana, tanto con los ejercicios de meditación como en el retiro en general. Y no te lo puedo contar, no porque no quiera, sino porque no hay palabras que puedan expresarlo. Son sensaciones y vivencias que se tienen que experimentar.
Esto que te explico marcó un antes y un después en mi vida. Fue el inicio de mi nueva vida, de la nueva versión de Alba! O mejor dicho, me atrevo a decir, de la versión más auténtica de Alba!
Y tu, ¿me cuentas tu primer contacto con la meditación?