¿Qué es la respiración diafragmática o abdominal y cómo puede ayudarte?

Antes de hablar de la respiración diafragmática quiero que sepas qué es el diafragma. El diafragma es el músculo por excelencia, aunque no es el único en medio de muchos otros tantos, encargados de la respiración, tiene forma de cúpula y separa la cavidad pulmonar de la cavidad abdominal. Cuando el diafragma se contrae, los músculos pectorales y los intercostales presionan las costillas hacia fuera, la cavidad torácica se expande y el aire entra en los pulmones. Cuando el diafragma se relaja y adopta su posición normal, convexo hacia arriba, también contraemos el abdomen, y entonces los pulmones se contraen y el aire se expele. Al usar claramente el abdomen en esta respiración también se la conoce como respiración abdominal. El diafragma responde a un movimiento respiratorio involuntario pero también podemos intervenir en su movimiento.

La respiración diafragmática está totalmente relacionada con la salud y el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Esta respiración debería ser la base de la respiración del ser humano, sin embargo acostumbramos a respirar de forma torácica, que es una respiración incompleta si no comenzamos por la diaframática. Con la respiración diafragmática llevas gran cantidad de aire a la zona baja de los pulmones, con lo que consigues captar una mayor cantidad de oxígeno para la sangre en la inhalación, consigues una mejor ventilación y una limpieza de los pulmones en la exhalación. El movimiento del diafragma activa el sistema nervioso parasimpático, encargado de la «respuesta de relajación» del organismo con lo que consigues controlar la ansiedad, reducir los niveles de estrés, bajar la presión arterial, estimulas al corazón y la circulación, masajeas los órganos y ayudas al tránsito intestinal.

Para comenzar a practicar la respiración diafragmática puedes colocarte en posición tumbada, boca arriba, cómodamente. Seguidamente posa tus manos sobre tu abdomen. Como principiante es interesante colocarte en esta posición del cuerpo y de las manos, porque así te darás cuenta fácil y naturalmente de como funciona, y posteriormente, podrás practicarla en cualquier posición e incluso incorporarla a tu día a día.

Comenzaremos, expulsando bien todo el aire de tus pulmones. Seguidamente toma aire a fondo por la boca en lugar de por la nariz, y amablemente dirige el aire hacia tu abdomen, casi como cuando bostezas, notando como sube y se hincha la barriga, y como se elevan tus manos que están situadas sobre él. Retén el aire unos segundos dentro de ti para absorber al máximo el oxígeno, sin una excesiva presión. Seguidamente expulsa todo el aire suavemente, desinflándote, relajando el vientre y notando como las manos bajan hacia el suelo con él. Aguanta un poquito con los pulmones vacíos, sintiendo cómo te vas relajando, y en cuanto tengas de nuevo la necesidad de inspirar, hazlo subiendo el abdomen y llenando de nuevo los pulmones.

La respiración diafragmática puede ayudarte en numerosas cosas y situaciones. Practícala durante el tiempo que quieras, practícala siempre que te acuerdes, incorpórala a tu respiración natural, úsala para relajarte antes de dormir, para calmarte si te encuentras en un momento de tensión. Verás como una acción tan sencilla como respirar conscientemente con el diafragma te dará bienestar y una mejor calidad de vida.

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